Si la ultima vez me hubieras regalado 60 segundos para decirte que mi amor era más fuerte que una muralla, para pedirte de rodillas que salieras conmigo, todo tan rápido, pero suficiente, para decirte que “TE AMO” como a nadie he amado. Segundos que no me regalaste, momentos que no vinieron, y cambian esta historia. Yo no te espero al salir del trabajo, ni te preparo el desayuno, mucho menos duermo contigo. Y sigo caminando en estos caminos que un día sin cruzarse me llevaron a ti, hoy me tomo un café con ella deseando que seas tu, y tu te tomas otro sonriéndole a ella.
Esos 60 segundos que no te robe porque pude haberte gritado, y me congele.

No hay comentarios:
Publicar un comentario