
Su celular en su bolsa, y unos Jeans Levys, una camiseta de The Pixies, sus botas militares gastadas con las agujetas amarradas de forma desordenada, caídas al suelo, su móvil no sonó por más de tres horas que lo espero, mirando una y otra vez el fondo de su pantalla decidió irse .
Nunca sonó el celular, por más que espero, su taza de café se consumió con las esperanzas de una llamada que nunca dijo nada. Camino a casa, no tomo el bus, quería pensar las cosas, pero entre esa ciudad viva a las 6 a.m no se puede pensar, sino andar como zombie, vagando pero no tocando ideas ni razonar.
Su aspecto urbano, fueron cambiados por unas zapatillas, y un monedero lleno, sus gustos musicales los suplantaron con música corriente, escogieron a una persona que no pinta sueños, sino vive y se conforma con lo que sea, ella sabe que lo vale, y aunque su celular o “revivió” para dar una respuesta, ella sabe aunque perdió que su diferencia está en ser tan fresca como el aire, no se contamina con perfumes de carmín falso, ella tiene su propio aroma.
Su celular recibió muchas llamadas, pero no la que espero hace tiempo, por las tardes se toma un café escuchando a Sabina, o lee a la luz que se filtra por la ventana, no tiene dinero, es bohemia y vive de noche, canta para si, sueña muy tímidamente, y hace el amor con una que otra chica que cruza su puerta buscando compañía…
Sigue siendo la misma persona que antes, aunque costilla rota que salvo una herida fatal en su corazón, sigue siendo la misma rara que escucha rock de la vieja escuela y se divierte con Chaplin, sigue siendo la aburrida que nunca amaron, que nunca llamaron…
Hoy, rumbo al centro, tropezó con una chica de cabello claro, y ropa indie femenina, y al voltear la cara se dio cuenta que era ella, quien nunca la llamo, y deseó con toda el alma ser invisible, no quería saber nada, fue como si le tiraran al mar ártico sin ropa, sin embargo ella le dijo:
-“eres tu”…
-“No soy yo, soy tu pasado…”
Y siguió andando, con ese caminar masculino que resulta tan sensual en una chica. Las lagrimas bañaron sus mejillas, mientras se perdió entre las personas que se dirigían al trabajo, la otra chica la observo, cuando de una puerta de una tienda de puros, salía un hombre que al parecer era su esposo…