Antes de dormirme pensé, que sería más fácil que me odiaras, porque no hay forma que me enoje tanto contigo para no desear hablarte, ni mirarte, sentir ganas de besarte. No hay otra manera, tendría que irme, aprender a vivir sin ti, sería muy complicado y me tomaría meses, mas no sé si sea posible.
Esto no es costumbre, porque no es algo que hagamos todos los días, no es por estar jodiendonos, ni por qué nos guste ser así, yo son cosas que me nacen, me despierto con ganas de escribirte un día, te sueño en las noches, hay días que me muero por escuchar tu voz, por leerte, por mirarte, por tocar el cristal. Todo se resume a que te quiero, más que eso, te amo, y lo sé, porque ha pasado tiempo, momentos, y sentimientos se han ido pero nunca ese que comenzó sin darme cuenta.
No busco que me quieras, que estés conmigo, quiero que seas la más feliz, me hace feliz soñar, imaginarme las cosas contigo, la única ventaja es que no las hecho a perder tanto que si te mirara a los ojos, imagino lo que deseo, pero duele donde comienza el día y no estás, y duele más terminarlo, y añorar un abrazo.
No hablarte, aprendí a controlar el deseo de buscarte desesperada, se que estas bien, que sonríes todos los días, que escasamente pensaras en mi, cuando yo pienso hasta en que desayunaste, pienso si no te tengo desgastada de tanto pensarte. No sé cómo llamarle a este tipo de amor, no es obsesión, es tan puro, ya no pido nada, más que estés bien, ni siquiera le exijo a dios que seas para mi, tu eres de quien quieres, besas a quien quieres, duermes con quien quieres. Mas sin embargo no se va esto que siento, se queda a dormir en mi alma, y se despierta conmigo cada día.
Ya no es necesario decirte que te amo, espero y puedas mirarlo en mis ojos, mis brazos no están cerrados, están abiertos para cuando quieras venir, para cuando quieras alejarte más. Siempre aunque me vaya a otro lugar, podre escucharte, podre ayudarte cuando lo pidas, tratare de sacarte una sonrisa, sin pedir nada a cambio, este amor es como una luz, solo brilla, se siente, pero en ocasiones no te llega, pero siempre está ahí, aunque oscurezca.
No me duele el corazón tanto ya, no siento la presión en mi pecho, pensé que podría dejar de quererte en algún momento, por mi cuenta, por los días que pasan y no sé de ti, por lo poco que hablamos, por lo que no estamos juntas, simplemente estoy en paz, queriéndote despacito, soñándote, besándote mientras duermes en sueños astrales, rezando por ti antes de dormirme, pensándote en cuanto aclara el día, sonriéndote aunque no me vez, hablándote aunque no me escuchas… amándote, aunque eso no importe.
Si tuviera tus manos entre las mías te miraría y te preguntaría que quieres, dímelo, haría todo por ti, y si me pidieras mas distancia, menos de mí, lo aceptaría, con una sonrisa en mi rostro porque tu no mereces nada de tristeza, mereces felicidad en todos los aspectos. Ojala tuviera un TE AMO que te derrumbara, que sintieras que la sangre se detiene al circular por tus venas, que tu corazón te partiera el pecho, ojala tuviera una voz hermosa para decírtelo bonito, al oído, ojala lo sintieras tan fuerte para quedarte conmigo, aunque sea un instante, un momento.
No te pido nada, ni siquiera que me ames, me basta con amarte, sentir que vivo por ti, existir por ti.